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La Travesía

jueves, 26 de abril de 2012

TRAVESÍA SUPERCONJUNTADA DE PORTUGAL, DUODÉCIMA PARTE (III)
Día 2 : Monte Estoril - Sintra


Salí de Monte Estoril (bonita vista desde el hotel)

y me encaminé alegremente hacia el norte (o el sur, según mi brújula, pero eso viene luego…), un poco de asfalto, un poco de albero, un poco de todo hasta llegar al Cascais Shopping… que es donde empezaron los problemas, que digamos, jeje…
Bueno, problemas no. La verdad es que desde el principio había intuido que esta etapa de la caminata iba a ser algo complicada, sobre todo porque han plantado una autopista todo por en medio de donde yo quería ir, después de hacerse la foto de satélite en el Googlemaps, mi biblia, hmmm… En teoría era posible ir bordeando esa autopista sin tocarla, pero solo si cogía este bonito caminito para rodearlo:
Claro, como veis, no hay ningún bonito caminito aquí, solo una alambrera con un precipicio de 10 metros detrás. ¡Ups! ¡Por allí no voy!
Pues me tengo que ir por la autopista. Es solo un trozo… Sé que he llegado a la autopista porque hay una barrera impidiéndoles el acceso a los peatones-gilipollas, pero la única barrera que yo veo es el dilema de decidir si paso por encima, por debajo o por en medio…

Y pasé por debajo. Solo un trozo, fue, sí, pero ha sido una experiencia nueva para mí, sobre todo la sensación de transgresión y valentía mezclada con la de extrema vergüenza y que eres un idiota. Había poquísimos coches, así que peligro real no había, solo que… si uno de esos pocos coches resulta ser un coche-policía me trincan, así que… ¡ale hop! decidí saltar el quitamiedos y andar por el camino rural con florecitas que hay al otro lado. Menos ilegal no creo que sea, pero sí que te sientes más a salvo y es más fácil esconderse se llegan las fuerzas del orden…
Estaba muy contenta cuando pude bajar de la autopista y pronto llegué a carreteras más aptas para caminantes, y así poco a poco a Sintra,
que solo conocía un poco, y que consideraba un destino poco original y lleno de turistas, era ignorante de Sintra. He estado dos veces, las dos hace más de 20 años, ohú, la primera vez solo estuve pendiente de la compañía masculina y de la segunda vez solo me acuerdo de un muro, genial ¿no?, pues dadas las circunstancias me quedé agradablemente sorprendida con Sintra, me pareció muy bonita, es solo que… es solo que…
… entré en una especie de Triángulo de las Bermudas nada más poner el pie en las afueras de la ciudad, intentaba orientarme pero solo conseguía ir en círculos, y el hecho de que los nombres de las calles no coincidían con los que venían en mi mapa no ayudaba, incluso a veces había dos nombres distintos, uno al lado de otro, y yo en medio, nada cuadraba… pero después de ver durante un buen rato que la brújula me mandaba para un lado y el sentido común por otro (y soy tan terca que me empeñé en llegar sola, sin preguntar, yo puedo, yo puedo…) me di cuenta de que mi brújula había empezado a apuntar al sur en vez del norte… Y lo malo es que sigue así, ay ay ay, lo que me faltaba, con lo mal que me oriento…
Pero por fin conseguí salir del maldito triángulo del diablo y como veis llegué…

He tardado un poco en subir este post porque el blogger de las narices me obliga a subir las fotos con un ordenador y el texto con otro y no puedo justificar el texto. No creo que me quede mucho tiempo con Blogger, a pesar de estar aquí desde 2003, soy la abuela de los blogueros, no hay derecho :(

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